Karate-Do debe ser inclusivo para diversas poblaciones y grupos etáreos, de tal manera que el abanico de practicantes sea amplio y cuente con niños, incluso menores de 6 años (edad indicada para iniciarse el la práctica de KTD), con programas especiales, dirigidos por personas idóneas, cuyas clases combinen la introducción al Arte Marcial propiamente dicho con posturas y moviminetos simples, disciplina, atención y seguimiento de órdenes, con unos componentes lúdicos y de desarrollo psicomotriz importantes; así también el otro extremo, la tercera edad, ¡por qué no!, ¿difícil?, quizá, por la misma cultura y preconceptos que tenemos, seguramente quienes en épocas previas a la ancianidad hayan entrenado KTD y/o hayan estado activos por medio de alguna práctica deportiva o recreativa tendrán mejor desempeño, pero es otra opción.
Están los grupos convencionales de infantiles, adolescentes, jóvenes y adultos mayores, con sus prácticas regulares enfocadas a la competencia, a la formación marcial o demás intereses válidos. También quienes ensayan, prueban y se dan cuenta que no es lo suyo, y se deciden por otro Arte Marcial o deporte. Otros que no se comprometen y son esporádicos con sus entrenamientos, tal vez asisten por temporadas, quizá lo suficiente para un ascenso de grado determinado.
Volviendo a enfocar la atención en la inclusión de personas que normalmente se ven relegadas de forma genérica para la práctica agonística, además marcial, el KTD está altamente indicado para el género femenino, que tiene la posibilidad de surgir y sobresalir en la faceta de rendimiento deportivo o por simple caso de autosuperación psico-física, potenciando sus dotes personales y reforzando su autoestima y autoimagen con los logros obtenidos.
Casos especiales son el trabajo de KTD en poblaciones "especiales", de las cuales me siento personalmente atraido para compartir mi Arte Marcial y que sé demandan conocimientos científicos, pedagogía y mucho compromiso; hay muchos casos de prácticas marciales con satisfactorios resultados en estos segmentos poblacionales. Los "sordos" (hipoacúsicos, ...), los ciegos (invidentes), afectados por el síndrome de Down, diferentes "disminuidos físicos y mentales", los "inválidos" o "discapacitados", son casos de posible inclusión en la práctica de KTD, cada uno con un manejo particular según sus características y ambiente. El Karate-Do bien intencionado tiene mucho que aportar para el desarrollo integral de estas personas y su mejoramiento de calidad de vida.
Pienso que por naturaleza el hombre (la humanidad) cambia, evoluciona, se transforma, así como todas sus prácticas e invenciones, y a ello no es ajeno nuestro caso particular, el Karate-Do, que surgió en unas condiciones propias que le permitió (por necesidad) desarrollarse y adaptarse a los cambios inherentes de las civilizaciones, tanto históricos, geográficos, políticos y de conveniencias, hasta llegar a nuestros días como lo conocemos, o creemos conocer, y que puede ser explotado positivamente en beneficio de nuestros congéneres. Sin querer dar a entender el KTD como una panacea o algo similar, hago el símil con las historias que narran un "algo" con poderes especiales, que debe estar custodiado por manos bondadosas que impidan se apoderen de él otras manos inescrupulosas o malignas; es así el KTD, sí es bien utilizado, aplicado, vivenciado y compartido lo consecuente serán efectos positivos y beneficios que redundan tanto en el bienestar de quienes lo reciben como de los que lo comparten, no obstante, hay que cuidarse de quienes malintencionada o desprevenidamente lo usan de forma incorrecta o perjudicial, tergiversando la esencia de este Arte de Paz, que irónicamente lo tratamos como Arte Marcial (claro, por sus orígenes), pero que en realidad su intención es la Paz y la Armonía.
Sé que a veces tiendo a apasionarme en mis comentarios y eso que son restringidos al máximo; lo único que puedo decir es que lo que escribo lo que siento y pienso, acertada o desacertadamente pero con muy buena intención.
También se facilitan prácticas en poblaciones en riesgo o vulnerables de drogadicción (fármacodependencia) o sumidas ya en esa tragedia; así como en el caso de cursos o capacitaciones puntuales de grupos de defensa personal (general, situacional, infantil, femenina, etc.) y fuerzas del orden en instrucción aplicada a sus quehaceres.
Los llamados discapacitados, a causa de lesiones, patologías o por cuestiones genéticas o de nacimiento que presentan diversas alteraciones de los patrones motores y sensitivos normales y que maifiestan paraplejía, hemiplejía, amputaciones, uso de silla de ruedas u órtesis, son otro segmento poblacional indicado para la práctica de "Karate-Do Adaptado" que además tiene la posibilidad de participación deportiva en Juegos Paralímpicos, aunque aún no a nivel mundial.
Mención especial hago a la Karaterapia del Doctor Pablo Pereda, que apoyada en material científico y con el respaldo de investigaciones rigurosas e intervenciones con seguimiento y control técnicos, ha demostrado su afectividad en pacientes con diversas enfermedades como cáncer, Alzheimer e inmunodeprimidos, como en embarazadas, drogodependientes, diferentes patologías osteoartromusculares, del S.N.C., HTA, asma, etc. En lo personal he leído el libro "Karaterapia - Movimientos que curan" y me ha gustado mucho, quiero conocer más.
Obviamente todo lo expresado anteriormente son más ideales que realidades, para algunos será pensar ilusamente, pero sólo quiero manifestar las posibilidades de inclusión del Karate-Do como Arte Marcial, deporte, actividad física o ejercicio, desarrollo motor, agente disciplinario y comportamental, expresión cultural, filosofía de vida, terapia, desestres, recreación y mucho más... que no se piense que quiero cambiar el mundo, sólo expreso unos pensamientos y reflexiones.
A continuación se presentan algunos videos relacionados con la temática:
No hay comentarios.:
Publicar un comentario